Todas
aparentamos, todas imaginamos
somos tan
ingenuas, tan superficiales
niñas
estúpidas, egoístas,
ignorantes y
malcriadas
que pensamos
que el mundo sigue
.... o se
acaba
en función
de si "ligamos"
con algún
chico guapo en el colegio.
¡Qué
probreza espiritual tenemos!
Me da pena
saber que no soy
más que lo
que aparento.
Somos
impulsivas, arrogantes,
llenamos
nuestra mente
como si fuera
un diccionario
de frases
escritas por otros ignorantes.
No nos
importa la vida de los sabios
solo nos
importa esa frase que dijo aquél,
y que ahora
"hago mía"
quedando
ante los demás como sabia,
como una
adulta pensante
cuando
seguimos siendo
unas
malcriadas, unas ignorantes.
Y sigo
leyendo novelas de seres poderosos que se enamoran de mí
"Oscuros"...
"Hus Hus"... Temblor"... "Crepúsculo"...
"Ángeles caídos"... "The Fallen"... "Lestat"...
"La hora del Ángel"... "Heraldos de la Luz"... y
tantas más.
Casi todas
ambientadas en colegios o en institutos que es donde pasamos la mayor
parte del tiempo,
olvidándonos
que tenemos que estudiar, y yo no me diferencio en nada de
otras de mi edad,
que cuando se
les pregunta ¿qué estudias?, ¿qué te gustaría estudiar?,
dan las mismas respuestas que yo.
"Criminología"...
"Forense".... "Sicología"....
Es que somos
"muy inteligentes".
Solo sé que
si Freud o Jung lo supieran, se reirían en nuestra propia cara,
porque
nuestra moral
no está basada en principios y valores, sino en esas novelas de
fantasías.
Pero leerlas
no es malo a mi entender,
te desconecta
algo de las estupideces que tiene la vida,
pero de allí
a tratar de convertirlas en parte de nuestra realidad,
como si fuera
nuestra vida.
¡Que gran
pobreza moral tenemos!.
Porque
mientras "vivimos" esas vidas, rechazamos los verdaderos y
sabios consejos de quienes nos quieren ayudar en nuestra
adolescencia,
y es a ellos
y ellas a quienes tratamos de ignorantes.
¿Qué
ignorantes son nuestros padres!! ¿no es cierto?.
Y ese amigo,
que cuando estoy triste por no haber conseguido algún capricho,
me acerco
para que me consuele, pero cuando estoy bien y felíz,
ni siquiera
me acuerdo de él.
¡Es que es
tan ignorante el pobre!.
Y lo más
triste de todo esto, es que si nos preguntas a nosotras adolescentes,
te
contestaremos que "esa historia" nos ha cambiado la vida.
¡Es que
somos las adolescentes, tan inteligentes!!
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