8:30 de la mañana
¡Marìa! ¡Marìa!
¡Levàntate!. .- Grita la madre .- Baja a mirar los regalos que te
trajo papà Noel.
¡Date prisa!. .- exclama
el padre .-
Y Marìa de cinco años,
se levantò ràpidamente, bajò las escaleras y fue directamente
hacia el àrbol de Navidad que estaba a un costado de la chimenea.
Su padre ya estaba allì y
cogiò una caja y se la pasò a Marìa.
Esta, comenzò àvidamente
a desenvolverla del papel de regalo con las cintas de colores.
Es que
querìa saber si papà Noel le habìa traìdo la muñeca que ella ,
un mes antes le habìa pedido en esa carta que le escribiò y que fue
con sus padres a dejar a la oficina de correos.
Y abriendo la caja grande
que estaba a un costado del árbol, la encontró, y exclamó:
¡¡Gracias Papá Noel
por no haberte olvidado de mi regalo!!
Seis y media de la
tarde......
Doce años despuès.
La adolescente se acerca
a su madre y le dice. “Mamà”
.- dime hija.- le contesta
la madre.-
¿me das permiso para ir
donde Marcela?.
“Dìle a tu padre”.-
le contesta la madre.-.
Entonces la adolescente le
pregunta a su padre.-
Papà
dime hija.- le contesta su
padre.-
¿me das permiso para ir
donde Marcela?. .- Pregunta ella.-
“Dile a tu madre” .-
le responde el padre .-
Ya le dije a mamá .- insistió la
adolescente.- y me dijo que te preguntara a ti.
¿Quièn es Marcela? .-
pregunta su padre.-
Es mi amiga y mi
compañera de curso en el colegio.- responde la adolescente.-
“Bueno, ve” .- le
responde el padre y añade.-
pero a las diez, en casa.
Si papà.- exclama la
adolescente contenta.-.
Papà y mamà estàn
viendo la televisiòn en el salòn y dan las diez de la noche,
papà
mira su reloj y sigue mirando televisiòn.
Ya son las diez y media, papà mira su reloj... y la niña no llega.
Ya son las once de la
noche, papà mira su reloj... y la joven no llega,
El padre le dice a su
esposa. ¿Sabes el nùmero de telèfono de Marcela?.
Su mujer, asiente y coge
su telèfono y llama a Marcela, preguntàndole por su hija.
Marcela le responde que
Marìa no està en su casa,
y que ella no la ha visto desde que salieron del colegio a mediodía.
El padre mira su reloj....
ya son las once y media.
Cuando faltan pocos
minutos para las doce de la noche, el padre de Marìa se levanta del
sillòn,
coge el telèfono, y cuando està marcando el nùmero de la
policìa, …..
se abre la puerta de calle y.... entra Marìa.
La madre corre hacia ella,
la abraza y le dice, Pero, ¿dònde has estado?, ¿què te ha
pasado?.
¿cómo tan tarde?.
Nada.- contesta Marìa, .-
y añade.- estaba en casa de Marcela.
El padre se acerca
nervioso y acariciando el cabello de María, le dice a su hija.
“No nos mientas hija”.-
y añade.- , “no debes mentirnos”, “nosotros nunca te hemos
mentido y jamàs te hemos enseñado a mentir”.
En esta casa.- añade la
madre.- no se miente.
Al escuchar esas palabras
de sus padres, la joven inclina su cabeza, cierra sus ojos y
recuerda.
Recuerda las llamadas de
su madre y de su padre para que se levantara pronto y bajara a la
sala para abrir los regalos que papá Noel le había llevado esa
Navidad.
Recuerda lo agradecida que
estaba de papá Noel de que no se hubiese olvidado de llevarle la
muñeca que ella tanto había deseado.
Entonces la joven, sin
levantar la cabeza, y con los ojos aùn cerrados, responde:
“”Si papà, si mamà,
en esta casa nunca se ha mentido.
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